Investigadores de la ULE confirman la existencia de genes de riesgos que podrían anticipar la enfermedad de Alzheimer

Los resultados de la investigación -coordinada por la profesora Leticia Sánchez Valdeón- han sido presentados esta mañana en un acto en la sede de la Asociación Alzheimer León, al que ha asistido Nuria González, rectora de la ULE.

En el estudio han participado más de 500 personas de Castilla y León con la enfermedad de Alzheimer y libres de ella.

Investigadores de la Universidad de León (ULE) han realizado un estudio autonómico en materia de Alzheimer que confirma la existencia de genes de riesgo que podrían anticipar la enfermedad antes de sus primeros síntomas. Los resultados de esta investigación han sido presentados esta mañana en la sede de la Asociación Alzheimer León por la coordinadora del proyecto, la profesora Leticia Sánchez Valdeón quien ha estado acompañada en el acto por la rectora de la ULE, Nuria González, la presidenta de Alzheimer León, Regina Granja, la gerente de Alzheimer Bierzo,  Ana Pilar Rodríguez Guzmán, y la gerente de Alzheimer Soria, Carmen José Ruiz Pareja.

En el estudio han participado más de 500 personas tanto con la enfermedad de Alzheimer como libres de ella. Concretamente, han tomado parte más de 200 personas con Alzheimer de las Asociaciones de Familiares de Alzheimer de León, el Bierzo, Soria y Salamanca, así como más de 40 residentes de Mensajeros de la Paz en la provincia de León. La muestra poblacional incluye tanto hombres como mujeres con edades comprendidas entre los 60 y los 90 años.

Para realizar la investigación también se tomó una muestra de población sana procedente de los campus de León y el Bierzo de la Universidad de la Experiencia, así como usuarios de la actividad de gimnasia de mantenimiento del Ayuntamiento de León. En total, más de 250 personas libres de Alzheimer que han servido como grupo de control.

Bajo el nombre ‘El Alzheimer como prioridad sociosanitaria: polimorfismo del gen ApoE’, esta investigación cuenta con el respaldo de la ULE, el Consejo General de Enfermería y la colaboración de numerosos colectivos que han aportado pacientes.

La Apolipoproteína E, o más comúnmente conocida como ApoE, es un tipo de proteína que ayuda a transportar distintos tipos de grasas en la sangre y está presente en muchos lugares de nuestro cuerpo, si bien en el hígado y el cerebro es donde más se produce. El gen ApoE está en el cromosoma 19 y contiene la información para producir la mencionada proteína ApoE. Todos heredamos dos copias de este gen, una de cada uno de nuestros padres. El objetivo de la investigación es estudiar las diferentes variaciones de este gen, denominadas polimorfismos. Todo con la vista puesta en comprender mejor cómo estas variaciones genéticas pueden influir en el riesgo de desarrollar la enfermedad de Alzheimer.

Así, el proyecto espera contribuir a mejorar las estrategias de prevención, diagnóstico y tratamiento de la enfermedad, mejorando la calidad de vida de los pacientes y sus familias. 

En el estudio han participado investigadores de la Universidad de León. El equipo, liderado por la profesora del Departamento de Enfermería de la Facultad de Ciencias de la Salud, Leticia Sánchez Valdeón, lo completan Ana Isabel González Cordero, Inés Casado Verdejo, Enrique Bayón de Arquistade, Jesús Antonio Fernández Fernández, Carlos Méndez Martínez, Isaías García Rodríguez y Ana Llorente del Pozo, todos ellos profesores de las áreas de Fisiología, Biología Molecular, Ingeniería de Sistemas y Automática, así como Enfermería y Fisioterapia de la ULE. Junto a ellos, Isabel Dávila Dorado, médico de Atención Primaria de León que también ha participado en el estudio.

EL ABORDAJE DE LAS DEMENCIAS, UNA PRIORIDAD DE SALUD PÚBLICA

En el punto de mira, por tanto, indagar en la herencia genética de cada individuo y su predisposición a desarrollar la enfermedad. Para analizarlo, se sometió a los participantes en el estudio a una sencilla prueba de saliva.

“Una ventaja muy importante de este estudio es que la técnica ha sido mínimamente invasiva. Los pacientes con enfermedad de Alzheimer ya tienen una merma importante en su calidad de vida y a la hora de trabajar con ellos es fundamental ser lo más inocuo posible”, recuerda Leticia Sánchez Valdeón. Para recoger las muestras, se empleó un kit bucal con un bastoncillo que permitió recoger las células epiteliales raspando en el interior de la mejilla. “Es un proceso indoloro, sencillo de realizar, incluso aunque la persona no colabore. Las muestras de saliva se trataron en el laboratorio para purificar el DNA genómico y una vez obtenido el DNA se almacenó a -20º y se comenzó a trabajar con él para obtener la información de forma precisa”, explica la investigadora.

Sánchez Valdeón asegura que el arranque de esta investigación hubiera sido imposible sin el respaldo del Consejo General de Enfermería, que premió su iniciativa y cuya dotación económica permitió al proyecto dar sus primeros pasos. 

El equipo de investigadores lo tiene claro: la importancia de este estudio radica en que la enfermedad de Alzheimer se ha convertido en la gran epidemia silenciosa del siglo XXI y un reto fundamental para la sostenibilidad de nuestro sistema sanitario. El plan nacional de Alzheimer y otras demencias, recuerda el equipo, ya hace referencia a ello: el abordaje de las demencias es una prioridad de salud pública y un problema social y sanitario de primer orden.

El objetivo general de la investigación está directamente relacionado con la mejora de la calidad de vida de las personas diagnosticadas con la enfermedad de Alzheimer. Y el objetivo concreto es encontrar un biomarcador que permita detectar la enfermedad mucho antes de la aparición de los primeros síntomas con el fin de hacer un abordaje clínico más exhaustivo.

Para ello, los investigadores pusieron en la diana a la población de Castilla y León. El motivo, su situación geográfica. “Es un cruce de caminos que ha recibido muchas aportaciones genéticas tanto del norte de Europa como del área mediterránea y del norte de África”, explica Sánchez Valdeón.

UN BIOMARCADOR PARA ANTICIPARSE A LOS PRIMEROS SÍNTOMAS

El resultado de la investigación genética no deja lugar a dudas. La población diagnosticada de Alzheimer en Castilla y León presenta la variante ApoE3 como la más relevante, seguida de la variante ApoE4, que se ha identificado que está estrechamente relacionada con el Alzheimer y, en tercer lugar, presentan la ApoE2, que es el genotipo protector frente a esta enfermedad.

En materia de Alzheimer, hay genes deterministas, que son aquellos cuya posesión es causa suficiente para sufrir la demencia en edades tempranas, y genes de riesgo, cuya presencia en la persona aumenta estadísticamente la posibilidad de sufrir alteraciones neurológicas compatibles con el Alzheimer pero que no garantizan que esto suceda.

La presencia, por tanto, del gen de riesgo ApoE en las personas con la enfermedad de Alzheimer confirma que éste puede ser un biomarcador de gran valor para anticiparse a los primeros síntomas de la enfermedad y lograr un diagnóstico mucho más precoz, siendo una herramienta objetiva de valoración.

El siguiente paso que quieren dar los investigadores es realizar un estudio genético más ambicioso en individuos con Alzheimer procedentes de todas las Comunidades españolas, así como emprender nuevos análisis para buscar posibles factores añadidos vinculados a la enfermedad. Es el caso de un estudio que ya se está realizando relativo al análisis del perfil glucémico de las personas diagnosticadas con Alzheimer. El objetivo, explorar la relación entre este perfil y el gen ApoE con el fin de analizar la asociación que se puede hacer entre la diabetes mellitus y este gen.

También se está trabajando en el impacto de algunos factores ambientales, como la dieta en los niveles de colesterol en individuos con la enfermedad de Alzheimer que aportan el genotipo ApoE4. Este análisis podría proporcionarnos una información y comprensión importante sobre la interacción entre los factores genéticos y los factores ambientales en la expresión de esta enfermedad.

Durante la presentación de los resultados de la investigación esta mañana en la sede de Alzheimer León, la investigadora Sánchez Valdeón ha reiterado su agradecimiento a las personas afectadas participantes en el estudio y a sus familias “porque sin ellos, sin su colaboración y disposición, este proyecto no hubiera sido posible”. 

Interesada por la neurociencia desde sus inicios profesionales, Sánchez Valdeón ha estado estrechamente vinculada al ámbito del Alzheimer antes de su presencia en la ULE, tanto como profesional de Enfermería durante años en Alzheimer León, como por su desempeño posterior en órganos de gestión de esta entidad.

(FOTOGRAFÍAS: primera: de izda a dcha Regina Granja, Nuria González, Leticia Sánchez Valdeón, Ana Pilar Rodríguez, y Carmen José Ruiz Pareja./ segunda y cuarta: creatividades digitales sobre la enfermedad de Alzheimer). 

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