Estudiantes de la Facultad de Educación fomentan la inclusión a través del juego
Medio centenar de alumnos del Grado en Educación Primaria desarrollan un proyecto de aprendizaje-servicio con niñas y niños de la Ludoteca de Cáritas.
A lo largo del mes de mayo, 50 estudiantes de tercer curso del Grado de Educación Primaria de la Universidad de León (ULE) han puesto en marcha un novedoso proyecto que tiene por objetivo fomentar la inclusión por medio del juego. La experiencia, desarrollada dentro de la asignatura de Pedagogía Religiosa, se está realizando bajo el título ‘Diversión sin exclusión’.
Esta experiencia combina dos metodologías de innovación educativa: Aprendizaje-Servicio y Aprendizaje Basado en Juegos. El primero se trata un método para unir el aprendizaje con el compromiso social. El segundo consiste en la utilización de juegos como herramientas de apoyo al aprendizaje, de tal manera que resulte motivador para el alumno, haciendo del aprendizaje un proceso activo.
Los estudiantes participantes de este proyecto, liderado por el profesor Jorge de Juan Fernández, acuden a la Ludoteca de Cáritas “Agrupación Parroquial San José”, ubicada en la Plaza Juan de Austria de la capital leonesa, y allí desarrollan una serie de juegos en los que se busca fomentar la inclusión de manera bilateral: de los universitarios con los niños y niñas que allí asisten y también entre los propios menores.
Entre los juegos destacan aquellos enfocados en el conocimiento y vivencia de valores cívicos, los que procuran potenciar la educación emocional y otros que acercan la historia y cultura de León a los niños, muchos de ellos pertenecientes a familias extranjeras.
Con este proyecto, en palabras del profesor De Juan, “pretendemos otorgar un enfoque inclusivo a la educación, asentando las bases de una nueva sociedad más solidaria, colaborativa y respetuosa hacia la diferencia; concienciar a los futuros maestros de que la diversidad constituye una riqueza y una oportunidad; y que la inclusión se ha fomentar en todos los ámbitos de la vida y no solo en las escuelas, pero estas pueden ser un importante motor para transferirla a otros espacios”.
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