La ULE investiga una solución biológica a las enfermedades de madera de vid
El trabajo que desarrolla el Grupo Universitario de Ingeniería y Agricultura Sostenible ha sido seleccionado para el I premio convocado por el Consejo Económico y Social.
El proyecto titulado ‘Control biológico de las enfermedades de madera de vid: un reto en la sostenibilidad del sector vitivinícola de Castilla y León’, que desarrolla un equipo de la Escuela Superior y Técnica de Ingeniería Agraria (ESTIA) de la ULE liderado por Pedro Antonio Casquero Luelmo, está obteniendo prometedores resultados en la recolección de cepas de hongos de ‘Trichoderma’ en viñedos, para ser empleados como método de control biológico frente a otros hongos patógenos que causan las enfermedades de madera de vid.
El proyecto fue presentado a la convocatoria 2015 del Premio de Investigación del Consejo Económico y Social de Castilla y León y de las universidades públicas de León, Burgos y Valladolid, superó la primera de las fases y es uno de los tres finalistas seleccionados por el jurado. Por ello, el equipo dispone ahora de un plazo de seis meses para el desarrollo y presentación final de la labor llevada a cabo, lo que le permitirá acceder a alguno de los premios, el primero dotado con 15.000 euros, o bien uno de los dos accésits de 3.000.
Hay que apuntar que la investigación aborda la problemática que presentan los viñedos de Castilla y León debido a los hongos que afectan a la madera de vid. Pedro Casquero explica que “se trata de un problema que actualmente carece de una solución eficaz, con más de 1.600 hectáreas afectadas repartidas por la comunidad autónoma”, y afirma que, “en opinión de los principales expertos, las enfermedades de madera de vid se pueden considerar como la ‘filoxera’ del siglo XXI”.
Estas enfermedades son provocadas por una asociación de hongos que afectan de forma sucesiva a la planta. Además, y en función del estadio en el que se encuentre el proceso, se pueden identificar diferentes hongos patógenos.
UN SECTOR CLAVE EN CASTILLA Y LEÓN
El sector agroalimentario tiene carácter estratégico en Castilla y León ya que representa un 29,2% en cifra neta de negocios, es el principal motor económico de la comunidad, el que más personas ocupa y más horas trabajadas tiene. Dentro del sector, la viticultura tiene gran importancia y peso económico, con denominaciones de origen reconocidas en todo el mundo, y una gran implicación socio-laboral porque actúa como fijador de población en el medio rural.
El proyecto de investigación del equipo de la ULE fomenta la sostenibilidad del sector agrario en comunión con las políticas medioambientales de la Unión Europea, con un fuerte impacto en la comunidad rural. Más del 90% de los municipios de Castilla y León cuenta con una población inferior a los 2.000 habitantes, con predominio de los parajes naturales y agrarios, por lo que la ruralidad es uno de los conceptos que mejor definen a la Comunidad Autónoma.
EL HONGO 'TRICHODERMA' COMO PROPUESTA DE SOLUCIÓN
Pedro Casquero explica que “conforme a las normativas europeas de política medioambiental, cada año se retiran del mercado un mayor número de productos fitosanitarios, lo que trae consigo una mayor indefensión de los agricultores frente a plagas y enfermedades en el campo”. Esta situación hace necesaria la búsqueda de nuevas soluciones sostenibles, ecológicas y respetuosas con el medio ambiente, y la que cumple todos estos requisitos no es otra que los agentes de control biológico que se están identificando gracias a este proyecto de investigación.En una región como Castilla y León, con gran tradición vitivinícola, el Grupo Universitario de Investigación de Ingeniería y Agricultura Sostenible (GUIAS) de la ULE está recolectando cepas de hongos de Trichoderma en viñedos para aplicarlas como método de control biológico frente a los hongos patógenos que causan las enfermedades de madera de vid.
‘Trichoderma’ está presente en la raíz de las plantas. “Es un simbionte, -comenta Casquero-, no virulento con la planta y antagonista de muchos hongos fitopatógenos, con lo que protege a la planta de distintas enfermedades”. Su uso en la agricultura tiene numerosas ventajas, ya que coloniza el entorno de la raíz de las plantas, y se establece rápidamente en la comunidad microbiológica que hay en ella, controlando a patógenos a la vez que estimula el crecimiento de la raíz, lo que permite un control sostenible frente a los hongos causantes de las enfermedades de madera de vid.
EJECUCIÓN DE LA SOLUCIÓN DEL PROBLEMA
Todo el trabajo lo está llevando a cabo un equipo integrado por Santiago Gutiérrez Martín, Guzmán Carro Huerga, Óscar González López, Álvaro Rodríguez González, Sara Mayo Prieto, Laura Lindo Yugueros y Paulo Henrique Da Silva, y está siendo posible gracias a la colaboración entre sector público y privado, y a la generación de sinergias entre Universidad, Junta de Castilla y León, y Empresas Vitivinícolas.
“Para implementar esta solución, -apunta Pedro Casquero- contamos con las infraestructuras y recursos del GUIAS de la ULE, al tiempo que mantenemos una estrecha relación con el Instituto Tecnológico Agrario de Castilla y León (ITACYL) con demostrada experiencia en el sector vitivinícola de nuestra región, lo que proporciona solvencia desde el punto de vista del apoyo logístico para garantizar el vínculo necesario con los agricultores, y facilita también el intercambio y puesta en común con otros organismos nacionales e internacionales para la difusión del proyecto”.
Finalmente hay que señalar que también se cuenta con la colaboración de varios empresarios vitivinícolas en las diferentes provincias de Castilla y León que participan activamente prestando sus viñedos para el aislamiento de ‘Trichoderma’.